En ella explicaron cómo la composición taxonómica y la abundancia de las microalgas diatomeas es especialmente importante para determinar la calidad del agua. Su identificación se efectúa actualmente por expertos que observan su morfología, a través de un proceso largo y tedioso.
En la investigación presentada por el grupo, mostraron cómo se ha conseguido automatizar dicho proceso basándose en técnicas de aprendizaje profundo y redes neuronales convolucionales pre-entrenadas, obteniendo porcentajes de precisión del 88,59% para detección y 96,34% para clasificación en muestras con cien especies.